La inversión en naves logísticas alcanzó los 835 millones de euros en España durante 2015, lo que supone un crecimiento del 30%, con respecto al año anterior. En total, se contrataron más de un millón de metros cuadrados de instalaciones logísticas. Esta evolución confirma el creciente interés del sector inmobiliario por este tipo de activo, dado el aumento de demanda que está experimentando.
La consolidación de nuevos hábitos de compra, enfocados al comercio electrónico, ha propiciado la creación de empresas que necesitan grandes plataformas logísticas para poder trabajar. Lo que están exigiendo estas compañías son naves logísticas modernas y de calidad, que cumplan con requisitos básicos como: superficie de más de 2.000 m2, alta seguridad contra incendios, que cumpla la normativa e incluya sistema de rociadores; altura libre de 10 metros y muelles de carga (al menos un muelle cada 800 m2). Además, está creciendo la demanda de inmuebles que cumplan con la eficiencia energética.
Inversión logística por autonomías
Madrid concentró el 53% de la inversión en naves logísticas en 2015, con un total de 441 millones de euros. La capital sigue siendo la ubicación geográfica mejor comunicada para llegar a cualquier otro punto del país, además es donde se sitúan las grandes empresas. Sin embargo, el interés por los activos logísticos se también se ha despertado en Cataluña que, con inversiones por valor de 176 millones de euros, absorbe el 21% del total. Zaragoza y Valencia son otros de los mercados en los que también se ha activado la inversión en plataformas logísticas.
En cuanto al tipo de inversores que han protagonizado las operaciones en 2015, destaca la presencia de fondos institucionales, en su mayoría extranjeros, que representaron el 54% del volumen total de inversión. Por su parte, las socimi protagonizaron otro 39% de las inversiones, mientras que los inversores privados se ocuparon del 6% de las compras de inmuebles en rentabilidad.
Frente a los datos de aumento de inversión en inmuebles logísticos, destaca el escaso movimiento de promotores interesados en desarrollar nuevos proyectos logísticos. Por tanto, se plantea ahora el problema del escaso stock disponible, que puede frenar la buena evolución del sector y complicar el desarrollo de las empresas que ahora mismo están demandando para su negocio estas instalaciones.