El año pasado fue un periodo de beneficios para el sector inmobiliario español. Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que en 2016 los precios de los inmuebles llegaron a rozar niveles 2007.
Los últimos datos aportados por el INE, el mercado inmobiliario está repuntando con fuerza con una variación anual del 4,5%. Y según los últimos datos del Eurostat, a escala europea España incrementó la edificación y la obra civil en un 20,3% en base interanual.
Todos estos indicadores de crecimientos son los que han hecho saltar las alarmas y la preocupación de los expertos sobre una posible nueva burbuja inmobiliaria.
¿De verdad es posible que España este entrando en nueva fase de burbuja inmobiliaria?
Según el semanario británico The Economist, los precios en España sigue por encima de su valoración – hasta un 25% por encima-, el crecimiento, tanto del sector como de los precios de los inmuebles se sitúa, de momento, en rangos que no permiten afirmar el crecimiento de una nueva burbuja.
Por su parte, la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (Apei) ha descartado que el aumento de los precios de los inmuebles esté anticipando una nueva burbuja inmobiliaria.
El calentamiento de precios en determinadas localizaciones motivado especialmente por la oferta y la demanda. Por comunidades autónomas, los mayores incrementos con respecto al año pasado se han dado en Madrid con un 9%, Cataluña con un 7,4% y Baleares con un 5,7%, mientras que los menores avances se han producido en La Rioja con un 0,3%, Murcia con un 0,7% y Castilla y León con un 0,8%.
Sin embargo, los expertos del sector estiman que la demanda no está preparada para asumir la subida de los precios debido a la precariedad laboral, los bajos salarios y las políticas de contención del crédito hacen imposible el estallido de nueva burbuja, que sea sostenida en el tiempo.
El coste del suelo, el cual no sobrepasa el 20% del valor total del inmueble, es otro de los factores que impiden la formación de la burbuja. Además, las entidades financieras conceden hipotecas de “bajo riesgo” y el ritmo de la nueva construcción es lento.
A pesar de todo, podemos estar tranquilos. El sector inmobiliario español se encuentra sumergido en una etapa de normalización y no de desenfreno, aunque los indicadores señalen otra cosa.