Contra todo pronóstico, España es líder mundial en tokenización de inmuebles

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España es el país del mundo donde más cantidad de viviendas se pueden comprar con criptomonedas. Los poseedores de Bitcoin, Ethereum, Ripple o Tether, entre otras, tienen en nuestro país el mercado más amplio. Es lo que revela un informe de Forex Suggest, que muestra este top 3 internacional:

  1. España (289).
  2. Tailandia (227).
  3. Portugal (130). 

Sin embargo, solo el 16% de los españoles tiene criptomonedas. Es un porcentaje muy bajo con respecto a otras naciones que sí son punteras en el uso de estas divisas digitales. Entonces, ¿cómo se explica nuestra posición en el ranking?

El por qué de este liderazgo español

Muy sencillo: solo hay que fijarse en qué zonas de España se concentran los inmuebles que se pueden comprar con bitcoins: principalmente, en la Comunidad Valenciana, en Andalucía y en Cataluña, con Alicante, Málaga y Barcelona al frente, los destinos vacacionales y de segunda residencia de personas de otras procedencias, mucho más acostumbradas a esta clase de transacciones.

Además, en el contexto inflacionista en el que nos encontramos, las compras de propiedades se han convertido en operaciones en rentabilidad que constituyen un valor refugio para los inversores.

¿Cómo funciona la tokenización de inmuebles?

Por todos estos motivos, la tokenización de viviendas se ha convertido en un mercado en expansión. Pero ¿sabes cómo funciona? En realidad, la explicación es bastante simple: cualquier inmueble puede ser digitalizado, es decir, comprado en euros y expresado su importe en tokens, cada uno de los cuales representa una parte de su valor. 

La operación se registra en la cadena de bloques (blockchain), permitiendo el acceso a esta coinversión a todo aquel que tenga criptomonedas. De esta forma, quien decida dar el paso estará adquiriendo una parte proporcional de los derechos económicos del inmueble. Y, si quiere deshacerse de sus tokens, bastaría con que se los vendiera a un tercero. Así de fácil.

La fiscalidad de estas inversiones

Una duda que asalta a inversores y expertos es la que tiene que ver con la fiscalidad de estas operaciones. En España no contamos con una normativa específica y, por tanto, existen controversias en cuanto a si la compraventa de inmuebles con criptomonedas ha de considerarse una permuta o no. Una muestra más de cómo, muchas veces, el avance de la sociedad se adelanta a las leyes.

El ejemplo de Portugal

En cambio, un país que sí ha dado el paso de crear un marco regulatorio específico es Portugal. Allí se ha decidido considerar estas operaciones como operaciones de trueque, y se han establecido, entre otros, los siguientes requisitos legales:

  • Detallar la procedencia del dinero empleado para adquirir las criptomonedas.
  • Hacer constar la dirección de la cartera electrónica.
  • Identificar a cada una de las partes intervinientes.

De hecho, el pasado año 2022 en el país luso se paralizaron un total de 7 operaciones que no cumplían con alguno de los puntos exigidos en la nueva normativa. En cambio, desde la aprobación de la ley y hasta fin de año se formalizaron una docena de escrituras.

¿Quiénes son y qué inmuebles adquieren los poseedores de criptomonedas?

Precisamente de nuestro país vecino procede un ejemplo de inversor muy interesante y que ha dado mucho que hablar: Didi Taihuttu. Se trata de un padre de familia holandés que amasó una gran fortuna invirtiendo todo su dinero en bitcoins. Ahora, quiere crear una especie de ‘criptoaldea’ en Portugal, formada por un total de 25 viviendas.

En España, como ejemplo, nos podemos fijar en la primera casa que se adquirió mediante este sistema. Fue en 2018 y su valor en euros rondaba los 550.000 euros, lo que nos hace pensar que no cualquier tipo de inmueble es susceptible de entrar en este mercado. De hecho, quienes lo forman son muy conscientes de la volatilidad de estos activos y del riesgo que implica su adquisición. Normalmente, se trata de grandes inversores para los que una bajada en el valor de la criptomoneda no supondría una gran pérdida en relación con la suma total de su patrimonio.