El temido Brexit ya es una realidad. Las consecuencias de la salida del Reino Unido de la Unión Europea se plantean como un desafío para todas las áreas de negocio económicas. El mercado inmobiliario no es una excepción.
Se calcula que en España viven 700.000 ciudadanos británicos de los cuales 280.000 son residentes habituales y el resto pasan aquí sus periodos vacacionales en viviendas de su propiedad. El Brexit supondrá un obstáculo a la hora de mantener esta línea de inversión en sus segundas viviendas y también tendrá consecuencias en los alquileres de temporada.
El dato no es baladí puesto que los ciudadanos de origen británico son los extranjeros que más viviendas adquieren en nuestro país. Según un informe del Colegio de Registradores, en los últimos tres meses del año, los británicos asumieron el 22,35% de las operaciones foráneas mientras que franceses y alemanes no llegaban al 10% cada uno.
Las zonas de nuestro país que más sufrirán el efecto de esta salida son las Costa del sol y la Costa Blanca. En lo últimos años los ingleses jubilados habían supuesto un revulsivo para la recuperación inmobiliaria de Islas Baleares, Costa del Sol, Alicante y Canarias. Entre todos suman cerca de 400.000 ex patriados británico. La nueva situación les afectará en sus pensiones, sanidad y fiscalidad.
El Caso Alicantino
En la Costa blanca se calcula que viven 130.000 ciudadanos británicos expatriados y suponen el 20% de las transacciones por parte de extranjeros en el mercado inmobiliario local.
Se estima que ese 20% de residentes extranjeros en la costa blanca suponen una inversión de 2,270 millones de euros al año. A esta cifra hay que sumar 1.000 millones de ingresos fiscales anuales en la Comunidad Valenciana. Como se puede ver en estas cifras el frenazo en la inversión inmobiliaria por parte de los británicos supondrá pérdidas directas en nuestra economía.
Pero además hay que tener en cuenta que el sector inmobiliario general mantiene 180.000 puestos de trabajo en la costa alicantina según la Asociación de Promotores Inmobiliarios en la provincia de Alicante.
Aún habrá que esperar dos años para conocer las consecuencias reales de esta situación pero la perspectiva no es agradable para un sector que comienza a repuntar y dejar atrás la crisis.