Solares y más solares abandonados, ese era el paisaje de las ciudades y polígonos industriales españoles hasta hace muy poco. El suelo no tenía valor y las inversiones millonarias de antaño habían quedado en nada. Pero, ese panorama está cambiando, el suelo vuelve a ser un activo interesante.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en los ocho primeros meses de este año, las ventas de solares han aumentado un 10,5% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. En total, entre enero y agosto de este año se vendieron 48.905 solares en España, frente a los 44.237 del mismo periodo de 2014.
Si se mantiene esta tendencia, 2015 superará el número de transacciones cerradas el año pasado, cuando se formalizó la compra de un total de 65.821 solares, y se romperá con la tendencia a la baja que acumulaba la inversión en suelo desde el año 2007. La reactivación en la compra de suelo está viniendo acompañada, además, de una ligera apertura de las líneas de crédito para financiar las operaciones. Estos dos factores marcan el inicio de una recuperación que está comenzado a experimentar el sector inmobiliario y que se asienta sobre las inversiones en suelo.
Los inversores nacionales no son las únicas que han recuperado la ilusión por este activo en España, ya que los fondos extranjeros como Castelake, Pimco o Lone Star también se han mostrado interesados en adquirir terrenos para futuras promociones de vivienda. Estas entidades centran sus esfuerzos en localizar suelo en grandes capitales que pueda proporcionarles rentabilidades de dos dígitos.
Durante un tiempo, el suelo ha sido uno de los principales activos tóxicos del negocio inmobiliario en nuestro país, sin embargo, se trata, al fin y al cabo, de la materia prima sector, por lo que, en su recuperación, se encuentra también la salida de la crisis. La consecuencia directa de este impulso a la inversión en terrenos será el desarrollo de nuevos activos inmobiliarios. Viviendas, pero también oficinas, locales comerciales o naves industriales y complejos empresariales volverán a ser productos interesantes.
Sin embargo, la sombra de la burbuja inmobiliaria mantiene al sector con los pies en la tierra, que ahora se cuidará de crecer a ritmos más controlados y realistas. La figura de los asesores inmobiliarios profesionales estará presente en esta nueva etapa, que ya no se dejará llevar por las euforias colectivas.