El sector inmobiliario español está de enhorabuena. Después de años difíciles, en 2016 los beneficios del sector se han triplicado respecto al año anterior, debido al aumento del número de compraventas y la revalorización de los activos, rozando el nivel de 2007.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el primer trimestre del año pasado los precios aceleraron su crecimiento hasta firmar un incremento del 6,3%, muy por encima del 4,2% del cuarto trimestre de 2015. La mayor subida desde el tercer trimestre de 2007. La inversión prevista para el 2017 se mantendrá en torno a cifras parecidas.
Las causas de esta mejora se deben a la suma de varios factores: la aceleración en el número de compraventas, tanto en retail como en residencial y en oficinas. Así como un incremento de precios en las transacciones y alquileres, y la inversión extranjera.
Pero a pesar de estos buenos datos, las cifras obtenidas se encuentran aún lejos de los niveles registrados en plena burbuja inmobiliaria hace 10 años. Este incremento responde a la mejora de la economía y la recuperación de la confianza de los compradores.
Con estas buenas cifras, el informe de BBVA Research estima, que a finales de este año las viviendas sean un 6% más cara, debido a que la revalorización se situará en el 3.5%, alcanzando niveles de 2004. El organismo se sustenta en el continuo aumento de la demanda de viviendas y la reducción de las existencias de inmuebles. La escasez de estos inmuebles de nueva construcción esta provocando que la demanda se esté reorientando hacia el mercado de viviendas de segunda mano.
Según el informe de BBVA, la recuperación del mercado inmobiliario seguirá siendo heterogénea. En algunas zonas de España, la tasa de crecimiento del precio será superior a la media, en otras todavía se verá corrección. En zonas como Baleares, Cataluña, Madrid o Canarias, la demanda se encuentra en proceso de normalización, mientras que en mercados como el de Extremadura, Galicia o Navarra, se encuentran en fase de ajuste.
Por su parte, fuera del mercado de la vivienda, la consultora CBRE expone que la inversión en activos no residenciales (oficinas, locales comerciales, naves logísticas y hoteles) se sitúan en volúmenes superiores a los años de oro del mercado inmobiliario. Además, añade que se ha terminado la fase de contracción de yields y están empezando los crecimientos de las rentas, así que España tiene por delante un ciclo positivo que durará de tres a cinco años, aproximadamente.